Nunca antes un arpa había recorrido el arte del flamenco de esta manera: seguiriya, soleá, bulerías, alegrías, malagueñas, granaínas, guajiras, rondeña, tientos…son solo algunos de los muchos palos del flamenco que esta jerezana hace sonar en el arpa. Tanto con sus composiciones como cuando realiza arreglos e interpretaciones, deja al deleite del oyente una mezcla exquisita: conocimiento de la raíz, infancia en el flamenquísimo Jerez, dominio del compás y unas manos que plasman en este dificilísimo y bello instrumento el flamenco más puro, dando lugar a una belleza muy sofisticada.