Cuando Bay, un joven senegalés, atravesaba el océano atlántico en una patana, una Abayomi salida de las profundidades del mar, cayó en sus pies. Las Abayomis eran muñecas hechas por las mujeres esclavizadas para calmar el llanto y el dolor de sus hijos. Se arrancaban sus vestiduras y las confeccionaban con seis nudos, en cada nudo, un rezo, un deseo y una bendición, como símbolo de amor, protección, alegrías y resistencias.  

El vuelo del hipotálamo es una ceremonia escénica para las muertas y los muertos en el mar. La pieza activa un ritual colectivo a partir de la instalación de un altar escénico en el que se canta, evoca y celebra la vida. El mito de las muñecas Abayomis (palabra que en lengua Yoruba significa “encuentro precioso”) se entrecruza con la experiencia de vida de personas inmigrantes del sur global.

Inspirada en las honras fúnebres, ritual afrocubano de la Regla de Ocha-Ifá, una cena entre todas las participantes abre la pieza. De ese comer juntas, El vuelo del Hipotálamo se transforma en un altar escénico de voces del presente y del pasado. Tejidas con los pelos de los cuerpos que han atravesado el proceso de creación de esta pieza, las muñecas Abayomis invitan al público a un canto colectivo, un canto de placer y de protesta.

El vuelo del Hipotálamo pone en escena artistas, activistas, personas inmigrantes, iyalochas, babalochas y músicos. Al ritmo de los tambores batá, los participantes son convocados a un gesto colectivo de duelo, de reparación poética, política y escénica.

FICHA ARTÍSTICA
Concepto y dirección: José Ramón Hernández
Dramaturgia: Yohayna Hernández / José Ramón Hernández
Producción: JHS producciones / Osikán - vivero de creación
Coordinación de producción: Euyín Eugene
Música en directo: Juan Ignacio Calderón / Yunieski Gil Pedraza / Noslen Ortega