Marina no quiere reflejar o explicar nada en la música, sino únicamente imprimir su criterio estético. Deja para el oyente la tarea de encontrar referencias extra-musicales, si así lo desea quien la escucha.
En contacto con la música desde los 9 años, la relación de Marina Herlop con el piano sigue el patrón de amor-odio-amor habitual que podemos ver en otros músicos de su nivel. La artista catalana vuelve a Chamberí, para actuar en solitario y ser la protagonista de la cita con el 'folk' del mes de noviembre.
Cuenta con dos discos publicados: 'Nanook' en 2016 con Instrumental Records (James Rhodes) y 'Babasah' en 2018 con Aloud Music. Actualmente se encuentra en el proceso de terminar el tercero.
A nivel estilístico, entre lo ya publicado y lo que ha de venir se da un giro notable que encuentra sus razones en el hecho de haber introducido las herramientas electrónicas en su proceso de composición y producción.
No obstante, más allá de los 'gadgets' de los que se sirva para crear la música, lo que la define es la necesidad de arrastrarla hacia el futuro y encontrar pasajes y fórmulas que a ella misma le transmitan algo. Esta premisa ha sido lo que ha guiado el proceso creativo en los tres discos, y en este sentido se mantiene fiel.